En estos momentos de incertidumbre política y económica , cuando el estado a traves del gobierno y otras instituciones interviene cada vez más en la vida de los individuos , restringiendo su libertad día a día en aras de un supuesto " bien común" , queremos contribuir desde este blog a difundir los principios del liberalismo , cada vez más necesarios para conservar la libertad y la iniciativa como ciudadanos.

domingo, 30 de mayo de 2021

La descomposición - Alfonso Ussía

  


 

Después de doce años de columnista de referencia de La Vanguardia, Pilar Rahola ha sido fulminada por Godó. Mandato político. Javier Cárdenas, una de las pocas voces libres y valientes que se mantenían en la planetaria Atresmedia, ha sido despedido. Cárdenas no tiene dudas al respecto. “Me lo habían advertido, que había presiones constantes de La Moncloa, y claro, la ingente cantidad de dinero que ha dado Sánchez a Atresmedia no lo ha dado gratis”. Mandato político. Vicente Vallés, a pesar de su amistad con Mauricio Casals, se halla a un paso de ser lanzado por la borda. Ante el placer de las subvenciones, las amistades personales pierden protagonismo. Mandato político. No escribo de mi caso en La Razón por no personalizar la infección que sufre la libertad. La independencia y el respeto a la crítica están en peligro de extinción en el apesebrado periodismo español.

Así, de golpe, Godó se ha apercibido con 12 años de retraso de que Pilar Rahola no es de fiar. La victoria de ERC sobre JxC de Puigdemont ha aconsejado a Godó plegarse ante los republicanos de Junqueras y Aragonés y cerrar el grifo al forajido de Waterloo, el ídolo de la insoportable Rahola. Las subvenciones vienen de ERC, y hay que estar a bien con el Gobierno de Aragonés porque el fugado ya no interesa ni influye en Cataluña. Y en Atresmedia, Cárdenas con su libertad, ponía en peligro el dinero que La Moncloa ha  regalado – y lo que queda pendiente de regalar-, a Antena 3, Onda Cero – también conocida por Onda Otero-, y la Sexta. Claro, que los regalos casi siempre exigen contraprestaciones. El antiperiodismo. La opinión libre silenciada. El negocio es el único objetivo. La senda ideológica, la de Silvio González, Bardají, Susana Griso, Julia Otero, Ferreras, Ana Pastor y Jordi Évole. Y de cuando en cuando, un permiso medido a Carlos Alsina para regañar un poquito. La Razón, el hermano pobre, no es otra cosa que la coartada. Y la coartada también ha sido subvencionada a cambio de guillotinar cabezas.

Con cuentagotas – siempre previo permiso-, se permite esporádicamente el lujo de la crítica disfrazado de opinión libre

Sánchez, repartiendo dinero a los medios de comunicación, ha conseguido el monopolio de la opinión y la propaganda. También lo hizo Soraya Sáenz de Santamaría en sus tiempos de presidente efectiva del Gobierno, pero no se atrevió a tanto. – Soraya, no entiendo que en “El País” y la SER me pongan a parir todos los días y a ti te elogien con entusiasmo-, le susurró una mañana Rajoy a su superiora. En La Razón, Soraya mandó una barbaridad durante el rajoyismo, y molestaban mucho las críticas a la trabajadora política de Valladolid. –Alfonso, por favor, “has de medirte” con más prudencia con Soraya, que nos ayuda mucho-, me aconsejaba una voz profunda. Jamás hice caso a la voz profunda, ni con Soraya, ni con Sánchez ni con Godó, y la voz profunda ganó y yo me quedé en la calle. Y he caído en la trampa de escribir de mi experiencia. Me figuro que casi todos los medios de comunicación impresos y digitales padecen en la actualidad la estrecha vigilancia de La Moncloa. Pero en algunos casos la libertad, agonizante, aún sobrevive. Casos que se cuentan con los dedos de una mano, y sobran dedos.  Pero no son los medios impresos los que preocupan al Gobierno. Sí las cadenas de televisión, las tertulias y las emisoras de radio. Casi todos los comunicadores influyentes están en la planicie superior de la boina. Y con cuentagotas – siempre previo permiso-, se permite esporádicamente el lujo de la crítica disfrazado de opinión libre. 

Cambiará el Gobierno y seguiremos igual. Los medios se adaptarán al nuevo poder, y el nuevo poder seguirá subvencionando a los medios. El viejo periodismo está en la UVI, y no hay luces ni destellos para la esperanza. Pero aún les queda trabajo para callar a los supervivientes. Mientras tanto, la avaricia empresarial se impone a la libertad. No me ha divertido nada escribir de esta tragedia.

domingo, 23 de mayo de 2021

Carta a Feijóo sobre los menas de un gallego que ha tenido a parientes en la emigración


 Este jueves comparó a inmigrantes ilegales con los emigrantes gallegos

"Estoy un poco harto de ver cómo se pervierten conceptos como la solidaridad y la hospitalidad, y por eso me he animado a escribir esta carta."

Sr. Alberto Núñez Feijóo:

He leído con asombro el siguiente mensaje que publicó usted en su cuenta de Twitter este jueves sobre la posible acogida en Galicia de algunos de los menores inmigrantes que participaron en el asalto a la frontera de Ceuta esta semana:

 Dice usted que “Galicia, que ha conocido la emigración, es un pueblo solidario”. Es cierto. Galicia es una región hospitalaria porque los gallegos sabemos bien lo triste que es verse en una tierra extraña a mucha distancia de tu Patria. Pero creo que usted se confunde de contexto al hacer esa afirmación.

En primer lugar, de lo que hablamos aquí es de menores de edad. Para más señas, hablamos de niños que fueron engañados creyendo que podrían ver a Cristiano Ronaldo o a Messi en Ceuta, y no de una afluencia de inmigrantes o de refugiados al uso. De hecho, las autoridades de Ceuta han recibido más de 4.000 llamadas de padres marroquíes que están buscando a esos niños. Lo que tienen que hacer nuestras autoridades es devolver a esos niños con sus padres, y no postergar su regreso a casa repartiéndolos por toda España. Esto es un colosal despropósito que sólo sirve para agravar los efectos de ese engaño.

 Por otra parte, parece que usted desconoce las condiciones en las que muchos gallegos emigraron de su tierra. Yo soy pariente de algunos de esos que se marcharon lejos a trabajar, concretamente al otro lado del Océano Atlántico. Mis parientes emigraron de forma legal, sin asaltar la frontera de otro país ni entrar ilegalmente en él. Hasta que se tuvieron que volver a su tierra -algunos huyendo del chavismo-, mis parientes llevaron una vida honrada, enriqueciendo con su trabajo al país que les acogía, sin dedicarse a la delincuencia y sin provocar desórdenes públicos y hechos delictivos como los que se vienen registrando Ceuta en los últimos días desde ese asalto a la frontera.

Además de todo ello, mis parientes emigraron a países con los que compartían valores culturales, países en los que su integración fue mucho más fácil de lo que lo hubiese sido en una cultura extraña. Mis parientes no se vieron sumidos en ningún gueto, y convivieron con los habitantes del país que les acogió, sin provocarles problemas por falta de integración.

 Obviamente, el caso de mis parientes no es único. La forma en que ellos emigraron fue la dominante en la práctica totalidad de los gallegos que tuvieron que irse lejos a buscar trabajo. Hay que decir que en España hay hoy en día muchos inmigrantes que entraron legalmente, que han sabido integrarse, que llevan una vida honrada y que respetan a quienes les acogieron. Esas personas me merecen el mayor de los respetos, especialmente los que forman o han formado parte de nuestras Fuerzas Armadas, ya que con su trabajo enriquecen a España. Es una satisfacción brindar hospitalidad a gente así.

No puedo decir lo mismo de los que vienen ilegalmente a nuestro país, de los que aspiran a colarse aquí con la ilusión de recibir prestaciones sociales que les permitan llevar una vida ociosa a costa de los demás, de los que se dedican a actividades delictivas, y también de los menores que escapan de sus centros de acogida y se dedican a hacer cosas nada propias de niños, algunas de ellas fuera de la ley. No podemos prometer acogida a quienes llegan a España y permanecen en ella en estas condiciones, porque entonces les estamos incentivando a venir de forma ilegal y a hacer las cosas que algunos están haciendo, para desgracia de los vecinos -tanto españoles como inmigrantes legales- que les tienen que aguantar. Con quien viene a tu casa saltando por la ventana y rompiéndolo todo no puedes ser hospitalario, señor Feijóo.

 Añado más: la obligación de nuestras autoridades es defender nuestras fronteras de quienes pretender entrar ilegalmente en España como lo han hecho miles de marroquíes y subsaharianos esta semana en Ceuta y Melilla. Para algo pagamos impuestos tanto los españoles como los inmigrantes legales: para que ustedes no permitan que nuestro país se convierta en la tierra prometida de los maleantes. Galicia es una tierra hospitalaria, sí, pero aquí no dejamos entrar a cualquiera en nuestros hogares, ni damos la bienvenida a quienes vienen de malos modos a ellos. Somos hospitalarios, no idiotas.

Así que, señor Feijóo, haga un favor a esos niños, a Galicia y a toda España, y pida al gobierno que los devuelva con sus familias, que es donde tienen que estar. Bastante tenemos ya en nuestra tierra con las colas del hambre que estamos viendo desde el año pasado, como para además acoger a quienes llegan a nuestro país de semejante forma.

Fuente :www.outono.net

https://www.outono.net/elentir/2021/05/21/carta-a-feijoo-sobre-los-menas-de-un-gallego-que-ha-tenido-a-parientes-en-la-emigracion/?fbclid=IwAR1P6m1IQ-DT4lkYHvP-fkoICtlk1EQJpARb6N0dMDY6AWqHsWcAzSI9tRY

domingo, 16 de mayo de 2021

Nada de pedir perdón - Alejo Vidal-Quadras


                                                  El Autor ,  D. Alejo Vidal- Quadras 

Los territorios hispanos de América, a diferencia de los sometidos a otras potencias europeas, nunca fueron colonias 

Lopez Obrador, Presidente de México


Este año 2021 coinciden tres efemérides de gran significación a ambos lados del Atlántico, el 200 aniversario de la independencia de México, los 700 años de la fundación de la capital azteca, la legendaria Tenochtitlan, y el quinto centenario de la conquista de ese país por Hernán Cortés, su menguada hueste española y sus miles de aliados indígenas. Como es natural, esta celebración múltiple ha de ser organizada principalmente por el Gobierno mejicano, pero es obvio que España debe tener un papel y un protagonismo especial en los actos que se celebren. La cosa ya empezó mal cuando en marzo de 2019 el presidente López Obrador envió una carta tan impertinente como inoportuna al Rey Felipe VI exigiendo que nuestro país se disculpara oficial y públicamente por los abusos cometidos por los conquistadores hace cinco siglos. Aparte de que juzgar moral y políticamente acontecimientos de un remoto pasado bajo el prisma de los principios, valores y normas jurídicas del presente es una anacronía absurda, lo que el primer mandatario mejicano demostró con esta desacertada misiva es su profundo desconocimiento de la historia de España y de la de su propia tierra, tan íntima y fraternalmente unida a la nuestra.

La literatura sobre las increíbles aportaciones de España a América es ingente y ocupa bibliotecas enteras, que, por lo que se ve, López Obrador no se ha dignado leer, aunque sólo sea una mínima parte. Por ejemplo, no estaría de más que se familiarizase con el magnífico trabajo de Luis Suárez Lo que el mundo le debe a España o a obras más recientes y amenas como No te arrepientas de José Javier Esparza o Imperiofobia y leyenda negra de Elvira Roca Barea, por citar tres ejemplos bien acreditados de rigor, precisión y calidad. Si se hubiera documentado debidamente, en vez de entregarse a tópicos electoralistas y demagógicos, no escribiría banalidades ni pondría en peligro un múltiple acontecimiento conmemorativo que, lejos de resucitar agravios imaginarios y estériles, ha de contribuir a un hermanamiento aún más estrecho de la vasta comunidad hispanoamericana en beneficio de todos.

"No consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las dichas Indias, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, sino que manden que sean bien y justamente tratados"

Aunque los ejemplos que demuestran la vaciedad y la mezquindad rencorosa del presidente mejicano son incontables, me limitaré a mencionar dos que deberían bastar para reducirle al silencio contrito. El primero hace referencia a la protección que desde los albores de la llegada de los españoles a América dispensó siempre la Corona a los nativos de los lugares que se iban incorporando al dominio y la tutela real. Se supone que el hoy engallado presidente no ha tenido ocasión de conocer el codicilo del testamento de Isabel la Católica en el que se dice, entre otras cosas notables: “Suplico al Rey mi Señor muy afectuosamente y encargo y mando a la princesa, mi hija, y al príncipe su marido que… no consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las dichas Indias, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, sino que manden que sean bien y justamente tratados y si algún agravio han recibido, lo remedien…”. Esta doctrina de la gran Isabel contrastaba frontalmente con la cultura imperante en la época sobre el derecho de conquista, según el cual los conquistadores pasaban a ser propietarios de vidas y haciendas de los conquistados, considerados meros bienes materiales a plena disposición de sus nuevos dueños. Búsquese, si no, alguna preocupación similar a la expresada por la católica soberana en las prácticas portuguesas, inglesas u holandesas de aquellos días o posteriores.

Ánimas racionales

Bien es verdad que la institución de la encomienda, imperante en los principios de nuestra presencia en el Nuevo Mundo, no era precisamente un dechado de tratamiento humanitario a los encomendados, pero hay que comprender los sacrificios, esfuerzos y penalidades, por no hablar de las onerosas deudas contraídas para conseguir su objetivo que habían sobrellevado los encomenderos. Aún así, sucesivas leyes, como las Leyes de Burgos de Fernando el Católico de 1512 o las Nuevas leyes de Carlos I de 1542 siguieron insistiendo en las mismas ideas de las últimas voluntades de Isabel, espoleados por las denuncias y los informes recibidos de los misioneros dominicos, franciscanos o agustinos que, entregados abnegadamente a su labor evangelizadora, velaban por sus catecúmenos. El célebre sermón de Fray Antonio Montesino a los gobernantes y encomenderos de La Española en diciembre de 1511 fue lo suficientemente elocuente y tuvo un fuerte impacto en la Corte al otro lado del océano: “¿Estos no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos?” Semejantes admoniciones no eran pura retórica porque los buenos frailes se negaron a dar la absolución a los que maltrataban a los indios a su cuidado. Hecho insólito en la historia, una potencia conquistadora había creado y aplicado un armazón normativo para proteger a los conquistados. Jamás otra nación del orbe distinta a España ha hecho nada parecido. López Obrador debería tenerlo en cuenta.

"Dicho claramente, para que el presidente López Obrador se entere, las lenguas amerindias han sobrevivido y conservan su pujanza gracias a España y su respeto a la pluralidad cultural"

El segundo ejemplo es el inmenso trabajo, el perseverante empeño y los abundantes saberes que entre los siglos XVI y XVIII centenares de estudiosos dedicaron a estudiar las lenguas amerindias, su vocabulario, su estructura, las dotaron de escritura y tradujeron numerosas obras religiosas, científicas y literarias, más de un millar, al náhuatl, al quechua, al mapuche, al guaraní, entre otras parlas autóctonas. La primera cátedra de quechua se creó en la Universidad de Lima en 1579. Es suficiente mencionar la Historia General de las cosas de Nueva España de Fray Bernardino de Sahagún, publicada a finales del siglo XVI, una verdadera enciclopedia etnográfica en doce volúmenes en español y en náhuatl, para calibrar la atención que los españoles de América dedicaron al conocimiento de las lenguas locales. Fueron las elites políticas que tomaron el control tras la independencia las que quisieron eliminar los idiomas originarios en aras de la modernización uniformizadora de sus repúblicas, pero su afán destructivo fue inútil, tal había sido la labor de salvación realizada por España en los trescientos años anteriores. Actualmente, el quechua tiene ocho millones de hablantes, los mismos el guaraní, cinco millones las lenguas mayas y dos millones el náhuatl y también el aimará. Dicho claramente, para que el presidente López Obrador se entere, las lenguas amerindias han sobrevivido y conservan su pujanza gracias a España y su respeto a la pluralidad cultural.

Una huella profunda

Los territorios hispanos de América, a diferencia de los sometidos a otras potencias europeas, nunca fueron colonias, fueron una España transatlántica y sus habitantes considerados súbditos de la Corona al igual que los castellanos, aragoneses, navarros o andaluces, españoles de ambos hemisferios, como rezaba la Pepa en su grandioso arranque. No tenemos, por tanto, nada de lo que avergonzarnos y si bastante de lo que enorgullecernos sobre la huella profunda que hemos dejado en América y en la próxima carta que le dirija el presidente mejicano a nuestro monarca en lugar de reproches extemporáneos y carentes de fundamento, no estaría mal que le expresase su reconocimiento de lo mucho y fecundo que sembramos en el hermoso Virreinato de Nueva España.

Fuente : www.vozpopuli.com